Su nombre, La Ola del Melillero, sorprende a los que desconocen esta expresión malagueña, que hace referencia a las olas que provoca el ferry que hace el trayecto de Málaga a Melilla y que hace subir el tamaño y la frecuencia de las olas en las playas de la capital de la Costa del Sol, con el consiguiente trastorno a aquellos bañistas que no están acostumbrados a este hecho, o que no han calculado el horario del navío y ven subir el nivel del agua en la playa, inundando sus pertenencias. Este suceso, que sólo se da aquí, se equipara al propio vino, según la bodega y así comparten esta singularidad y denotan un origen malagueño.
La Ola del Melillero es el primer vino blanco seco que se lanza al mercado por la bodega malagueña Victoria Ordóñez, el cual se ha elaborado utilizando la uva Pedro Ximénez, una variedad autóctona en los Montes de Málaga que no se utilizaba desde hace casi doscientos años. Victoria Ordóñez, ha realizado una ardua investigación y búsqueda de la uva por esos parajes, ya que según sus propias palabras “es casi inexistente”.
Este es un vino diferente, fresco, con un porcentaje mayoritario de ésta uva Pedro Ximénez (70%) la cual se complementa con uva Moscatel de la comarca de la Axarquía (30%). Todo esto le confiere un color amarillo pajizo, brillante, con un aroma floral y un sabor que equilibra muy bien la acidez y la permanencia en boca, debido a la fermentación y a su crianza en barrica de roble francés. Es un vino diferente y sorprende cuando, por comparación, esperamos de él las características de un vino blanco, debido a la presencia de la uva Pedro Ximenez. Hay que tomarlo muy frío, y siendo su origen malagueño, marida perfectamente con pescados y mariscos de la zona. También es recomendable con ensaladas y verduras. Lógicamente, puede tomarse para copeo, y como vino único acompañando a arroces guisos ligeros.
En la presentación en sociedad de este vino se han cuidado todos los detalles. No sólo su nombre, que como ya decíamos tiene una connotación totalmente malagueña, sino que también el diseño de su etiqueta nos retrotrae a la época antigua de los balnearios de Málaga, como los baños de Apolo o La Estrella, que eran visitados por personas de toda condición para tomar los saludables baños de mar que se recetaban por los médicos a finales del siglo XIX y principios del XX.
La producción inicial de este vino ha sido de unas 10.000 botellas, fruto del trabajo de la vendimia del año pasado, y que prácticamente se comercializarán en el mismo área de producción. Victoria Ordóñez espera ampliar la producción un 25% y ampliar así el área de distribución, para poder llegar en un futuro al mercado internacional.
La bodega de Victoria Ordóñez ha innovado con sus procesos y por su apuesta de utilizar variedades malagueñas para producir unos vinos diferentes y caracterizados por una gran calidad. Esperemos que La ola del melillero sea el primero de una serie de éxitos.